Diez cosas que no nos gustaban de la vuelta al cole en EGB

Muy fans de «La burbuja que siempre quedaba al forrar los libros»

Escrito por Jorge Diaz in A Clase

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Comienza el nuevo curso. Se acabaron los tres meses de vacaciones escolares (en caso de que no te hayas tenido que examinar en septiembre) y estamos en plena operación vuelta al cole. Si tienes niños en casa te habrás dado cuenta que muchas cosas no han cambiado demasiado, como ese olor de los libros nuevos que te transporta automáticamente a tu infancia. Pero también habrás descubierto que, por muchos años que hayan pasado, los libros siguen viniendo sin forrar y toca hacerlo estos días en casa.

Sin embargo hay otras muchas cosas de la vuelta al cole que sí han cambiado, hoy nos fijamos en ellas y recopilamos diez cosas que no nos gustaban de la vuelta al cole en EGB.

La burbuja que siempre quedaba al forrar los libros

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Por muy experto que fueran tus padres forrando libros era inevitable que se formara esa pequeña burbuja que tanta rabia te daba. Esa misma burbuja que después te pasarías todo el año desplazándola con el dedo por toda la superficie del libro mientras el profe explicaba la lección. Fíjate, estaba en la portada del libro y la he conseguido llevar hasta la contraportada.

Llevar los libros usados de tu hermano mayor

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Seguramente sea una de las cosas que más han cambiado y actualmente es muy difícil reutilizar los libros de texto porque los cambian prácticamente cada año. Pero en EGB no, se mantenían durante muchos años y si tenías algún hermano mayor es muy probable que no hayas estrenado un libro en tu vida. Era una faena, pero después te dabas cuenta que ya tenías el libro todo subrayado y los ejercicios hechos. No está nada mal, ¿no?

Heredar la ropa de tus hermanos

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Lo mismo ocurría con la ropa, por supuesto que a todos nos gustaba llegar el primer día del cole con ropa nueva pero tu madre ya se había encargado de adaptar la de tus hermanos mayores con coderas, rodilleras y algún que otro parche para que te sirviera a ti. Pobres hermanos pequeños.

Llevar zapatos

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Te habías pasado todo el verano sin quitarte las cangrejeras y con los pies casi al aire y ahora tocaba ponerse aquellos incómodos zapatos. Porque mira que eran incómodos, ¿eh? Eso por no hablar si tenías la desgracia de tener los pies planos y que te pusieran aquellos zapatos ortopédicos con plantillas con los que parecías Frankenstein. La expresión “como un niño con zapatos nuevos” es completamente falsa, a ningún niño les gustaban.

Empezar de golpe, sin período de adaptación

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Lo del período de adaptación y empezar el primer día solo media hora, el siguiente una hora y así poco a poco para ir acostumbrándote es un invento moderno de algunos colegios. Nosotros jornada completa desde el primer día, terapia de choque.

Equivocarte al poner tu nombre con el Dymo

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Lo de poner tu nombre en cada libro con aquella maquinita rotuladora llamada Dymo era muy divertido pero siempre daba problemas, o se atascaba, o se te acaba la cinta o, cuando pensabas que ya habías terminado, descubrías que te habías equivocado en alguna letra. Por no hablar de aquellas pequeñas letras adhesivas doradas que venían con el forro en las que, como no se repetía ninguna, nunca había suficientes para poner tu nombre y apellido, a no ser que te llamaras Paz Gil.

Cargar a la espalda con aquella cartera llena de libros

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Por supuesto que la rueda ya se había inventado pero a nadie se le ocurrió adaptarlas a las carteras del cole y no nos quedaba otra que cargar con todos los libros en la espalda. Seguro que aún recuerdas lo que pesaba aquello, ¿será el motivo de que ahora tengamos tantos problemas de espalda?

Los verdugos (o pasamontañas)

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¿Tanto frío hacía en nuestro país en los 70 y 80 como para que nos llevaran a todos los niños escondidos en aquellos pasamontañas? Sin duda la prenda más odiada, jamás conocí a un niño que le gustara llevarla

Los polos de cuello alto

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Por no hablar de la manía de meternos siempre un polo de cuello alto por debajo, con lo que picaba. Uff, lo recuerdo y ya me estoy poniendo malo.

La goma de las zapatillas de gimnasia

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¿Era el único que no soportaba aquella goma de las zapatillas blancas de gimnasia? Qué tortura, hasta que un día decidías pegarle un tijeretazo y te ganabas una buena bronca porque te habías cargado la zapatilla.

 

¿Qué otras cosas de la vuelta al cole crees que han cambiado?, ¿qué es lo que menos te gustaba a ti?

Fuente: Yo fui a la egb

21 comentarios en “Diez cosas que no nos gustaban de la vuelta al cole en EGB

  1. Jajajaja, me ha encantado! Lo que más odiaba eran los cuello altos… Por dios que fatiguita se pasaba! Y también los libros comprados de segunda mano, de los que mi madre me hacía borrar todas las actividades hechas a lápiz.
    Un besazo

  2. Que recuerdos!!! Y que buenos, la verdad… Lo de la burbuja totalmente cierto, pero me encantaba pasar el dedo para que hiciera ese ruidito, jeje. El calendario de clases tan famoso, ya se hacía el primer día y a primera hora… Hoy todo a cambiado un montón: aquí en Inglaterra los niños no usan libros, todo un avance y un ahorro!, las zapatillas de ahora al menos aquí son iguales pero con velcro, llevan un portafolios en lugar de mochila, tienen un periódo de adaptación de un mes… Etc. Me encantó el post!!😉

    1. Madre mía! Cada vez que nos cuentas algo de Inglaterra nos parece que estamos a años luz de otros países. Es divertido ser nostálgico pero cuando ves que hay cosas que no han cambiado tanto, asusta.

      1. Hay miles de cosas que no me gustan de aquí, y el tiempo no es una de ellas, jeje, la gente es muy fría por ejemplo. Pero con el tema de la educación me quito el sombrero, en Londres las guarderías son carísimas y eso no mola nada, pero apartir que empiezan el colegio, aparte del uniforme el único gasto que hay son las donaciones que quieras hacer al colegio para mejoras. Horario 9 a 3:30pm y sin deberes casi! España debería mejorar el sistema educativo y mejorar el inglés!!!!!!

      2. Ay, el inglés! Si supieras la cantidad de gente que nos pide niñeras que hablen inglés y lo difícil que resulta encontrarlas… Lo suyo sería encontrar nativas pero claro, su estancia aquí es limitada… Está claro que ahí tenemos una asignatura muy pero que muy pendiente.

  3. jajajaja qué razón! Yo no podía (ni puedo aún) los cuellos altos, nunca me acostumbré! Lo mejor de comenzar era comprar material escolar a mansalva, y sobre todo, esos sacapuntas con cajita incorporada donde dejar la viruta! Uoooo, te sentías la más a la última con ese inventazo! Ya no había que ir a la papelera a sacar punta!

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